Un exsacerdote murió de COVID-19 y le dejó una herencia millonaria a su esposo, 54 años más joven, al que todos culpan por no llevarlo al hospital.
Hay todo un tema alrededor de la muerte de Philip Clements, un exsacerdote gay que recientemente falleció, dejándole una herencia millonaria a su esposo, Florin Marin.
Primero lo primero. Durante muchos años, Philip fue párroco de la Iglesia anglicana, pero la abandonó al darse cuenta de que él era homosexual. Una vez que se deshizo de su hábito, se convirtió en todo un sugar daddy y tuvo varios amantes mucho más jóvenes que él.
En 2015, Philip conoció a Florin Marin a través de una app de ligue, un modelo rumano 54 años más joven. Dos años después, se casaron en una pequeña ceremonia.
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Por obvias razones, esta pareja siempre levantó polémica y la familia de Philip siempre ha tachado a Florin de ser un gold digger. Por esta razón, se ha desatado todo un tema alrededor de la muerte.
Este exsacerdote que le dejó una herencia millonaria a su esposo falleció a los 81 años en la madrugada del 31 de mayo en un hospital de Bucarest y su familia culpa a Florin, de 27 años, por no haberlo llevado a tiempo al hospital.
Un viudo millonario
Al parecer, la salud de Philip se deterioró porque, además de pertenecer a uno de los grupos más vulnerables ante la COVID-19, no tuvo acceso a los medicamentos y tratamiento adecuado.

La familia de Philip culpa a Florin por su muerte y alegan que él también se encargó de alejarlo de ellos. Florin asegura que «lloró durante dos días enteros» después de la muerte de su esposo, pero, Tony, el hermano de Philip, afirma que no es cierto.
Tratando de indagar un poco más sobre esta pareja, descubrimos que Philip y Florin tenían un matrimonio abierto, cosa que jamás escondieron. Al contrario, hablaron de ello con medios como The Sun.
En pocas palabras, Philip ‘le dio permiso’ a Florin de buscarse amantes más jóvenes. Entonces, el modelo rumano le tomó la palabra y empezó a salir con un empresario español de 48 años. Florin y Philip se ‘separaron’ por un tiempo, pero seguían casados.

Lo cierto es que este exsacerdote murió solo y alejado de su familia (originarios de Reino Unido) y todas las pertenencias de Philip (incluyendo su lujoso departamento), una póliza de seguro de vida de £150 000 y una pensión vitalicia de £2 000 al mes, ahora pertenecen al viudo de 27 años.
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Asimismo, los parientes de este exsacerdote aseguran que Philip gastaba muchísimo dinero para mantener ‘feliz’ a su esposo con un estilo de vida bastante lujoso. Y ahora… es un viudo millonario.
«Florin no es más que un gold digger… y ahora, tiene lo que siempre quiso».
– Tony Clements en entrevista con Daily Mail
Entonces… ¿crees que Florin es un gold digger?
Con información de KentLive, El Mundo y Daily Mail